Lawrence Herbert tuvo la intuición de que cada individuo ve e interpreta de manera diferente cada tono del espectro luminoso, por o que diseñó el Pantone Matching System, un catálogo de estandarización de colores en formato de abanico.
Aunque este sistema nació por las necesidades de las artes gráficas, hoy en día su influencia se ha extendido hacia otras industrias en las que es de suma importancia el uso de colores precisos, como la tecnología digital, la moda, la arquitectura y el diseño de interiores.
En la actualidad el Pantone Matching System es la referencia internacional para elegir, especificar, igualar y controlar colores. Al referirse a un color por su número, se evitan confusiones en toda la cadena que va del diseñador al fabricante y del distribuidor al consumidor, en un amplio rango de industrias. El sistema Pantone ha tenido usos tan variados como proporcionar la definición exacta del color para la bandera de Japón o la del Reino Unido, definir el color de los mosaicos en la renovación de la Básilica de San Marcos en Venecia, o medir el color y calidad de algunas piedras preciosas. Pero su uso más innovador está en el campo de la salud, Pantone ha desarrollado tarjetas de color para identificar el contenido de grasa de un hígado antes de un transplante, lo que ayuda a reducir la tasa de rechazo del órgano. El encargo más extraño que Herbert ha recibido fue de un criador japonés de peces Koi para catalogar el color de diversos especímenes de estos apreciados animales.
Además existen marcas cuya imagen está tan ligada a un color, que solo con verlo sabemos de quién se trata, aunque no veamos el logotipo o el nombre.
El azul de Tiffany & Co, la firma joyera neoyorkina, es inconfundible. De hecho, este color está patentado por la compañía y recibe el nombre coloquial de "Tiffany blue". Correspondiente al número Pantone PMS 1837, en recuerdo del año en que se fundo Tiffany. Como es un color de uso privado, no aparece en el catálogo de Pantone.
Cuando se inició en el mundo de la moda, Valentino quedó impresionado por el uso del color rojo en la moda española, por lo que lo convirtió en su color emblemático, tanto que fue bautizado como "Valentino red". Sin embargo, en el desfile del final de su carrera ocurrió algo inesperado: cerró con un vestido color rosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario